Hoy te contaremos algunas de las historias y relatos más increíbles de Venezuela. Sí, hay muchas historias, algunas con finales sin respuestas y otras llenas de muchas curiosidades. Este post está inspirado en una imagen que circula en las redes sociales. Luego de mucha investigación, esto fue lo que conseguimos:
Las morocotas de Gómez
Empezamos con Juan Vicente Gómez quien es descrito como uno de los dictadores más crueles que ha tenido el país. Su mandato duró veintisiete años (1908-1935), y se le reconoce que supo rodearse de hombres inteligentes para desempeñar diferentes cargos. Eso sí, siempre se reservó el cargo de Jefe del Ejército, institución que reformó y convirtió en una Institución primero a su servicio y luego del país.
Su lema oficial era «Unión, paz y trabajo», y la designación para su persona era de «El Benemérito». Durante su vida amasó una gran fortuna y por eso muchos creían que tenía un baúl lleno de morocotas. Este baúl, fue buscado en todos los lugares donde residió.
En la crónica «Tras el tesoro escondido de Gómez» explican que el antiguo Colegio Federal (1875) llegó a ser objeto de excavaciones por “diferentes motivos”. La realidad es que querían encontrar el supuesto tesoro que Gómez había ordenado guardar allí antes de su muerte.
Se dice que su fortuna ascendía 10 millones de bolívares de oro que no llegaron a circular, equivalente a más de 3 millones de dólares al cambio de la época. Pero el valor real estaba en el oro que fueron acuñadas las monedas.
Las historias dicen que hay un tesoro escondido
Según la leyenda, se dice que poco antes de la muerte de Gómez, este le ordenó a su edecán y fiel servidor Eloy Tarazona a que escondiera el oro y joyas. Principalmente esmeraldas, se dice que él tenía gran pasión por estas gemas de su fortuna personal.
El indio Tarazona, como se le conocía, fue quien enterró estos objetos en baúles en un lugar desconocido. Dos días antes de la muerte de Goméz, Tarazona fue apresado para que revelara la ubicación del tesoro, pero no lograron que hablara. Luego de esto se exilió en Colombia.
A partir de entonces empezó a correr en el país la leyenda del tesoro de Gómez, y se empezó a buscarlo en sus propiedades.
En los años 50 Tarazona regresa a Venezuela y para ese entonces el General Pérez Jiménez, era presidente. Él este estaba muy interesado en la historia del tesoro de J.V. Goméz. Apresó a Tarazona y se le interrogó, sobre la ubicación del tesoro. Pero no reveló información alguna.
Dicen que Perez Jimenez le pidió a un famoso hipnotizador español de la época, Fassman, para que Tarazona diera alguna información sobre el paradero del tesoro, bajo efectos de la hipnosis. Por supuesto que no logró conseguir obtener lo que quería.
La historia cuenta que Tarazona se llevó a la tumba el secreto, que supuestamente tenía.
¿Existió ese baúl lleno de morocotas?
Nunca se ha encontrado pero lo que sí se sabe, es que Gómez disponía de dinero en efectivo en su casa. Dinero que utilizaba para «premiar» a los aliados de la causa, realizar donaciones a personas que venían a rogarle ayuda para cubrir necesidades, regalar a sus amigos y familiares.
Stalin fue hijo de Gómez
Siguiendo otra historia de Gómez, se dice que tuvo un hijo históricamente famoso. “¿Qué tienen en común Iosif Stalin y Juan Vicente Gómez, además del bigote y la crueldad?” Así comienza a contar Laureano Márquez en un artículo donde relata que Gómez en su exilio, hizo vida supuestamente en un circo ruso que viajó a Colombia y deambulaba por las cercanías de la frontera venezolana.
Dice la historia que el tachirense frecuentaba la carpa en la que una rusa que leía las cartas. Gómez se habría enamorado de ella y esta mujer regresó a su tierra natal embarazada. Estamos hablando que esto ocurrió en febrero o marzo de 1878 y nueve meses después, el 18 de diciembre, nacería en Gori, ciudad georgiana cerca de la capital Tiflis, Iosif Vissarionovich Dzugashvili. Mejor conocido como Stalin
La historia oficial dice que Stalin era hijo del zapatero Vissarion Dzhugashvili y Yekaterina Gueladze, ama de casa, a quien apodaban Keke, casados el 27 de mayo de 1872 en Gori, con 22 y 17 años, respectivamente.
¿Será uno de los más de 63 hijos que se sabe que tuvo?
Un pingüino en Maracaibo
Si, tuvimos un pingüino en Venezuela. Fue rescatado en 1955 y atendido por el bachiller Agustín Pérez Piñango, y albergado en el Museo de Ciencias Naturales, situado en el sector Haticos. Es aquí donde se le proporcionó una alimentación con un alto contenido de calorías y se adaptó bien al clima tropical cálido de Maracaibo.
Esta ave logró sobrevivir durante 6 meses al clima del Zulia, convirtiéndose en una atracción del Parque Zoológico. Fue algo tan poco común, que hizo que varios ornitólogos y veterinarios de Estados Unidos y Europa, acudieran a observar el fenómeno de aclimatación del animal. Hasta el famoso columnista Ripley, del programa “Aunque usted no lo Crea”, se trasladó hasta la capital zuliana para realizar un reportaje sobre esa curiosidad animal.
El pingüino murió a causa de una pedrada que le dio un niño que lo hizo caer inconsciente a la pileta de agua donde se ahogó. Esto lo confirmó el médico Adolfo Pons al practicarle la autopsia.
Fuente Agustín Arteaga
El secuestro de la espada de Bolívar
Un grupo había robado la espada de Simón Bolívar de la Quinta Museo y en su lugar, colocó un mensaje con la leyenda «Bolívar, tu espada vuelve a la lucha». Esta fue la carta de presentación del Movimiento 19 de abril, guerrilla que se levantó con el objetivo de instaurar una democracia en el convulso país sudamericano.
En la madrugada del 17 de enero de 1974, cinco hombres ejecutaron una acción planeada durante meses. Los guardias del museo fueron reducidos. Irrumpieron en la habitación contigua a los aposentos que una vez fueron de la independentista Manuela Sáenz, rompieron el vidrio de la urna y sacaron la espada, no sin antes dejar el panfleto. El hecho supuso un golpe mediático sin precedentes en Colombia.
¿Dónde estuvo oculta la espada de Simón Bolívar durante 17 años? Se logró conocer que su primer paradero, aunque existen pocos registros, fue la casa del poeta León de Greiff. Luego la escondieron en bloques de cemento, en tubos de PVC. Una vez tuvo que ser movida porque capturaron a un militante que conocía su ubicación.
Incluso se especuló que fue vendida a Pablo Escobar, líder del cartel de Medellín. Su hijo Juan Pablo, hoy conocido como Sebastián Marroquín, contó en un libro que un día su padre llegó con una espada y le dijo que había sido de Simón Bolívar.
Luego de muchas negociaciones, fue el 31 de enero de 1991, en una ceremonia en la Quinta de Bolívar de Bogotá, el M-19 devolvió la espada de Simón Bolívar, que fue guardada en el depósito del Banco de la República, donde permanece a la fecha.
Hitler lamentó la muerte de Gómez
Aquí te dejamos la carta oficial en respuesta a la muerte del presidente venezolano.
Las historias del Jeque estafador de Caracas
Alá Al Fadilli se hizo pasar por un jeque árabe multimillonario que tenía interés en invertir en el país. De esta manera, logró engañar a banqueros y empresarios venezolanos como el ingeniero Juan Manuel Mezquita, dueño de una mina de oro en Guayana.
Se sabe que a su llegada a Caracas, Fadilli abrió una cuenta en el Banco del Caribe por 300.000 bolívares y otra en el Banco Royal Venezolano por 60.000 dólares para generar confianza a las víctimas.
Lo que más se sabe de estas historias, es que el «jeque» ofreció una fiesta en el Hotel Tamanaco. Sus acompañantes hicieron correr el rumor de que el “musulmán” representaba a la importante firma “Arbcorp Trading International” anclada en Abu Dhabi, lo que parecía un sueño para los empresarios criollos.
En dicha fiesta, el jeque cerró varios tratos en la fiesta y recolectó 10 millones de dólares. Sin embargo, el Hotel Tamanaco perdió 400 mil bolívares que no denunció por vergüenza.
A las dos semanas de extender cheques falsos y firmar falsos contratos, el jeque y sus cómplices decidieron levantar vuelo. El alboroto fue que tal, que durante varios meses los bancos, empresas y demás negocios colgaban avisos con el siguiente texto: «POR MEDIDAS DE SEGURIDAD NO SE ACEPTAN CHEQUES, NI JEQUES».
Los nazis hundieron un buque venezolano
El episodio se conoce entre las historias de guerra como El hundimiento del Monagas. Poco se sabe que el petróleo venezolano fue fundamental en la Segunda Guerra Mundial. Según los relatores de esta historia, un submarino alemán desperdició la oportunidad de destruir la mayor refinería de petróleo del mundo para aquel momento, en Aruba.
El papel crucial del petróleo venezolano y de las islas de Aruba, Curazao y Trinidad lo conocía a cabalidad El Gran León, sobrenombre del almirante Karl Dönitz, comandante de la flota de submarinos nazis.
Y el Hundimiento de Monagas, empieza porque recorriendo una fresca noche caribeña el petrolero Tía Juana navega desde el lago de Maracaibo hasta la refinería de Aruba. Eran las dos y media de la madrugada del lunes 16 de febrero de 1942, en el occidente de Venezuela, a 30 kilómetros costa afuera de Punta Macolla.
A casi una hora de la tragedia del Tía Juana otro tanquero apareció a la vista de todos, era el buque venezolano Monagas a quien le fue peor. A las 3:42 otra explosión aceleraba su hundimiento.
Un dato curioso es que en aquella época, Venezuela sólo contaba con dos barcos de guerra. Uno de ellos consiguió acercarse a tres millas náuticas del submarino alemán agresor y logró presenciar las siguientes dos explosiones.
Se sabe en investigaciones posteriores que en Venezuela hubo la detención de unos 800 ciudadanos de nacionalidad alemana que mantenían actividades de apoyo al partido nazi. Fueron encarcelados en los estados Lara y Trujillo. Otra consecuencia fue la clausura del Club Alemán y del Colegio Alemán en Caracas luego de comprobarse que andaban en las mismas.
El secuestro de Alberto Di Stefano
Alfredo Di Stéfano, era considerado el mejor futbolista de la época y estuvo aquí en el país para vivir un episodio agridulce. Durante una gira de amistosos del Real Madrid había sido secuestrado, pensando que se trataba de una broma de sus compañeros del Real Madrid.
Estado en el hotel, el futbolista argentino abrió su puerta de la habitación donde vio a un empleado del hotel y a tres hombres que se identificaron como policías. Éstos le explicaron que querían hacerle unas preguntas y que bajara con ellos.
Su compañero José Emilio Santamaría, que estaba en la habitación del lado, escuchó lo que estaba pasando y entró a través de una puerta que comunicaba a ambos cuartos.
El secuestro:
Esto ocurrió el 24 de agosto de 1963 en el Hotel Potomac. Al salir de allí, lo metieron en un automóvil y le informaron que se trataba de un secuestro. Le vendan los ojos y le ponen unas gafas oscuras. Le dicen que esté tranquilo, que no le pasará nada.
Lo llevaron primero a un apartamento, luego a una casa de campo y luego al centro de la ciudad. La premisa la dio Lázaro Cándal ya que su esposa trabajaba en un área del hotel.
El secuestro se dio por las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Venezuela (FALN), una organización guerrillera en contra del gobierno del entonces presidente Rómulo Ernesto Betancourt. Se supo que el líder del secuestro era un sujeto de nombre Máximo Canales, quien era un guerrillero que buscaba llamar la atención de la prensa a través del secuestro de Di Stefano para dar a conocer el movimiento de las FALN en ese país.
La privación de la libertad duró 72 horas y luego de que los secuestradores lograron su cometido de llamar la atención, Di Stefano fue liberado un miércoles por la mañana en la Avenida Libertador en Caracas y muy cerca de la Embajada de España, a la cual el futbolista se dirigió de inmediato para pedir auxilio.
El pobre hombre jugó de titular el mismo día que lo liberaron. El entonces técnico del equipo, Santiago Bernabéu, le pidió que jugara, para que mostrara su fortaleza después de haber sido secuestrado.
La muerte de Renny Ottolina
Reinaldo José Ottolina fue un destacado periodista, narrador, animador, publicista, locutor y político venezolano. Así como se conoce su maravillosa carrera, hay un misterio que envuelve su muerte. Nunca se ha develado lo que realmente sucedió aquel fatídico 16 de marzo de 1978, donde Venezuela perdió a uno de sus más destacados artistas y políticos, y que pudo haberse convertido en su presidente.
Camino a Margarita,antes de salir llamó a sus hijas a Miami, ciudad en la que estaban radicadas, para anunciarles que iría a visitarlas el día domingo. En la avioneta le acompañaban su director de prensa Ciro Medina, el jurista César Oropeza que se desempeñaba como jefe del comando de campaña y Luis Duque quien dirigía imagen y publicidad. Elevarían vuelo en Maiquetía a las 5:15 de la tarde en la avioneta de Carlos Domingo Olavarría. Se esperaba que llegaran a Porlamar en poco más de una hora.
En el lugar del accidente, debieron construir primero un helipuerto de acceso a unos quinientos metros del avión siniestrado. De esta manera abrir un camino en una tupida vegetación.
Algunas Hipótesis de la Muerte de Renny Ottolina
Oficialmente determinaron que el accidente ocurrió, al parecer, por impericia del piloto y por malas condiciones climáticas. Sin embargo, hay muchas hipótesis y dudas al respecto:
- Dicen que a cierta altura en que se encontrara la aeronave estaba programada para que se accionara un dispositivo y comenzara a ingresar en el interior de la avioneta una especie de gas letal. Esto pudo provocar un adormecimiento total o letal, comentaron dirigentes del partido. Sin embargo, la conjetura no fue confirmada oficialmente por las autoridades.
- Durante el levantamiento de los cadáveres participó el Grupo de Apoyo Táctico Operativo (GATO) del Cuerpo Técnico de Policía Judicial (CTPJ), hoy en día Cicpc. Se rumoró que estas personas alteraron la escena. Por el lugar en que sucedió el accidente, fue necesario que participará este grupo de rescate.
- El accidente no fue investigado, y los seguidores del animador seguían responsabilizando a Carlos Andrés Pérez, por no iniciar las investigaciones pertinente, a su juicio, se intentó “tapar” las evidencias que involucraran al presidente.
Un poeta venezolano en Corea del Norte
Ali Lameda, fue el poeta y activista comunista venezolano que sobrevivió a las mazmorras de Corea del Norte. Esto ocurrió la noche del 24 de septiembre de 1967, en el transcurso de una cena organizada por el Gobierno de Corea del Norte para los miembros de Ediciones Extranjeras.
Al parecer, el poeta hizo un comentario cargado de ironía hacia Kim Il Sung, el dictador que gobernaba el país desde 1948. Para este entonces, el culto a la personalidad del dictador tenía más de una década establecido como política de Estado: quien lo violara podía ser llevado ante un pelotón de fusilamiento.
Entonces por esta razón, Lameda fue sometido, a lo largo de siete años, al horror carcelario de Corea del Norte. Cabe destacar que su primera experiencia duró un año, y luego fue arrestado nuevamente. Fue transferido a un campo de trabajos forzados, Suriwon, donde estuvo seis años más, nunca tuvo contacto con su familia ni con sus amigos aunque se lo prometieron.
Allí, trabajando como esclavo, compartió su vida con otros 6.000 presos, algunos culpados de delitos “burgueses” tan peculiares como ser fumadora. Entre ellos estaba un francés tan internacionalista como él, Jacques Sedillot, veterano de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil española.
En 1974, su infierno terminó. Consiguió salir del campo y volver a donde todo comenzó, su Venezuela natal y en la que vivió hasta su fallecimiento en 1995.
CAP y la CIA
En el diario El Nacional del domingo 20 de febrero de 1977, apareció una noticia de esas que generan grandes reacciones. Lo titularon: “Denuncia The New York Times y desmentido de Venezuela – Pagos secretos de la CIA a Carlos Andrés Pérez cuando era Ministro del Interior”.
El texto decía que el presidente Carlos Andrés Pérez había recibido pagos de la CIA, la Agencia Central de Inteligencia de EEUU, mientras fue ministro de Relaciones Interiores durante el gobierno de Rómulo Betancourt, en la década de los 60.
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